La Poesía

Sé que un poema no puede quitar el hambre ni cambiar la miseria humana, pero su irradiación ayuda a vivir contra toda adversidad. El poema es un sueño que se materializa a través del lenguaje y se recrea en otras utopías en la vida diaria. Escribo porque creo en el mito ancestral y en el poeta como un guardián de ese fuego que es el único que nos devuelve el rostro y nos abriga . el espíritu: el hombre al ritmo de las estrellas y de la hierba; esa quizá es la única nostalgia válida. Sé también que intentar la poesía no tiene sentido si el que la pretende es un personaje antipoético, si actúa en contra de la vida: de ahí la difícil tarea: la poesía nos debe humanizar, sin que esto signifique una actitud ideológica, sino una estética de la existencia.
Pedro Salvador Ale


lunes, 20 de junio de 2011

SOCRATES O LA PERMANENCIA DE LA VERDAD UNIVERSAL ( PRIMERA ENTREVISTA




Sócrates  o la permanencia de la verdad universal




 I
Sócrates encarna el ideal del “Maestro” el que enseña al discípulo a pensar por sí mismo y  asombrarse del mundo, de la realidad que fluye en infinitas direcciones y posibilidades. Si tenemos que hablar del por qué de los Derechos Humanos, una de las respuestas más básicas tiene que ver con la educación, ya que los maestros hoy en día deben de reaprender lo que Sócrates enseñó y nos los recuerda en esta conversación: el sentido de su dignidad magisterial, que deben ser adultos responsables , capaces de tomar en cuenta otra cosa que su interés personal. El primer cambio de orientación necesario consistiría en un mayor respeto a los oficios que forman la sustancia concreta de la educación nacional.
Los maestros deben estar verdaderamente encargados de la transmisión del saber, de la adquisición de conocimientos, del desarrollo del carácter, del afianzamiento de la voluntad, de la preparación para un oficio, de la trasmisión de los valores morales, es una tarea inmensa: reducir la brecha entre el principio de la misma dignidad de los ciudadanos y la crueldad del  funcionamiento desigual.


 II

Sócrates ( 469-399 a. C.) el más importante filósofo ateniense, sigue
causando polémica sobre su pensamiento de carácter antropológico, ya que
hizo objeto de estudio al hombre mismo, persiste en la fe de la razón y el
conocimiento de que pervive una verdad universalmente válida. Después de casi dos mil quinientos años insiste en el intento de  resolver
problemas del valor de la vida y de las instituciones sociales, recurriendo a
la sola luz de la razón, una vez más, cree que bajo la circunstancias nuevas
del tercer milenio, deben sugerirse , de modo racional  la existencia de
valores universalmente reconocidos. El viejo Sócrates hizo del examen de sí mismo un método filosófico:“el conócete a ti mismo” fue el gran principio del pensamiento occidental, ya que todo tipo de experiencia vivida, debía pasar por la reflexión y el análisis, para acceder al concepto de “esa experiencia”, y luego a la idea de que todo hombre “despierto” puede reconocer un criterio de verdad.




III (Entrevista) 
          
Sócrates, todos los que de una u otra manera hemos tenido acceso a
conocer un poco la historia de la humanidad, desde el sentido común nos gustaría saber: ¿ Sigue siendo el último fin de la filosofía la educación moral del hombre?-
Creo que uno puede enseñar el amor a algo. Yo enseñé la filosofía no como un mero divertimiento intelectual de capacidades histrionescas o para mostrar una superioridad reflexiva o de relacionar una cosa con otra. Sino que la filosofía es virtualmente infinita, por lo tanto el amor a ciertas ideas,  a una actitud responsable sobre el “sí mismo” que es la primera moral, antes que cualquier institución nos lo señale. Yo dicté  cátedra por sobre los escépticos y los sofistas, durante años, enseñando que la esperanza en el ser humano  es posible, que la maldad sólo proviene de la ignorancia, y puesto que la virtud reposa en el valor, ésta se puede enseñar, trasmitir. Creo que allí radica la felicidad, en el saber. Sé que hubo y  hay otros filósofos de un pensamiento trascendente en la historia humana, de los cuales soy indigno, por lo tanto no hablo de ellos. Porque si uno habla de un colega a los discípulos debe ser para revelarle algo a otro. Es decir, lo que hace un filósofo es buscar amigos del conocimiento, otros libros, otros pensadores. El hecho de que hayan sido contemporáneos míos o que hayan muerto hace siglos, de que pertenezcan a tal o cual país, eso es lo de menos. Lo importante es revelar la belleza del pensamiento y sólo se puede revelar la belleza que uno ha sentido. Y en cuanto a la educación del hombre, creo que se debe ser un maestro oral, por lo mismo yo no creía en los libros, porque estos no respondían en la manera que yo creía, a través de un diálogo, aunque ustedes sostengan hoy, que un libro puede dialogar con el lector. Creo que el diálogo es el intercambio del ser a través de la palabra oral, es el “dar-se”, no sé hasta dónde ustedes lo puedan experimentar, porque el libro es un arma de doble filo respecto a la memoria. Lo que un maestro de verdad enseña en términos orales no se olvida nunca. Y aunque Platón, que  era un hombre de inefable cortesía, con una voz aún más baja que la mía, desobedeció mi petición y mi opinión respecto a los libros, creo que también tenía un talento oral, y escribió los Diálogos y la República, según supe, para enseñarse a pensar. Lo cual no está nada mal, lo reconozco. Yo creo que Platón sí tenía una visión que escapaba a la ciudad que era Atenas entonces, nosotros sólo veíamos el tiempo presente como un todo, y eso fue bueno, pero creo que Platón pensaba más en la historia del devenir, he ahí su universo de las ideas, que posteriormente ustedes llamaron ideologías, también utopías. Creo que Platón sí pensaba en esas perplejidades que llamamos, no sin ambición, la metafísica, la incipiente psicología, el mundo de los sueños, la república ideal, las instituciones y la política. Él había repensado esos temas. Y todos sentimos la felicidad de haber compartido la misma época, en la ciudad de él, en el ambiente de él. Recuerdo que él estaba seguro de la inmortalidad. Creo que Platón fue de los grandes genios que dio Atenas.
-Sócrates, usted mencionó el amor. Ya en el Banquete de Platón, se expuso con amplitud. ¿ Qué es el amor para Sócrates?
Es algo tan esencial que ya no puedo definirlo sin diluirlo en palabras. Yo creo que siempre estuve enamorado de la vida, más allá del estoicismo y de la elección de mi verdad al beber la cicuta. Por ahí se dijo, y con toda razón, que alguna vez “ tuve todos los vicios pintados en el rostro”. Y fue así. ¿ De qué manera se puede poner los límites, enseñar la ética y la moral, si no hubiese tenido mis transgresiones?
 No sugiero que se deba experimentar el vicio, pero yo lo viví. Y me salvé gracias al amor a mí mismo, al conocimiento. Parece ridículo que a mi edad yo diga eso, pero la verdad es que el amor me acompaña. El amor y la amistad. Y compruebo- y esto me alegra- que no he sentido odio en mi vida. Me sentí siempre capaz del amor, de amar la amistad, pero no del odio. Hay cosas que me dolieron, pero traté de olvidarlas pronto. Platón fue uno, si no el primero que dijo que la memoria es selectiva, que por eso aprender es recordar.

Posiblemente sea así. Bueno, en este momento me siento lleno de amor y de amistad, y espero seguir así hasta el día- espero que muy lejano- en que yo muera,  ya que he cometido la indiscreción de cumplir más de dos mil años en la memoria del hombre. Y la muerte, que también es una esperanza, puede tener sus sorpresas, ya ve que no he sido borrado de la historia, y si hay otra vida después me acostumbraré a ella, como me he acostumbrado a esta. Porque yo he aceptado la inmortalidad gracias a que me gusta asombrarme, como el hecho de que estemos conversando ahora.

Porque la vida de todos es rara, y todo eso parte de un colega como Aristóteles, quien dijo que la filosofía surge del asombro de ser, simplemente ser, no de ser en tal condición social o en tal época o en tal región del planeta tierra. Simplemente el asombro de ser y de saber que uno es. Sabemos que los animales, por ejemplo, son pero quizá no sepan que son, pero en nosotros se da ese hecho raro de ser y de saber que somos. Y de esa dualidad sale toda la filosofía.


-Usted que dio la vida-por defender la verdad, la educación libre, los valores , viendo la humanidad actual tan caótica, con hambre, guerras, injusticia social , por un lado, y por otro el lujo, el lucro, la vanidad, la competencia, la lucha por el poder, etc ¿cree que sirvió para algo? ¿Hacia dónde va el hombre, tan deshumanizado?

-Por lo pronto sirvió para que  usted me recuerde y podamos revisar algunas ideas. Le puedo decir que las profecías son difíciles, yo se los anuncié a aquellos que veían grabado en el oráculo de Delfos “conócete a ti mismo”, que el mensaje verdadero tiene que ver con la responsabilidad que cada uno asuma en su vida. Hay que ser maestro de uno mismo y discípulo de uno mismo. Así, con mayor razón, las profecías son difíciles, sobre todo si se trata de predecir el futuro. Luego es inútil y absurdo profetizar el pasado, lo que ha sucedido por sí mismo. El siglo XIX que ustedes “vivieron”, lo  terminaron  con una humanidad que aún creía en el progreso ilimitado.

 Es muy posible que esta creencia proviniera del desarrollo extraordinario de la ciencia y del optimismo candoroso del positivismo. Este inicio de siglo se da de otra manera. Yo veo a  una humanidad angustiada, si no usted no estaría aquí. Y angustiada porque se ha ingeniado laboriosa, metódicamente para obtener los medios de su autodestrucción, cosa que ninguna otra especie ha logrado.

Hace más de cien años ustedes creían en la idea de progreso, pensaban que el desarrollo de la técnica les había dado la posibilidad de contar con herramientas suficientes para resolver todos los problemas, hoy saben que pueden traer también gravísimos inconvenientes, y sobre todo destrucción.

Esto explica muchos fenómenos en estos días: la proliferación de cultos y de sectas religiosas, precisamente en aquellos grandes centros de desarrollo científico y tecnológico moderno. Estas sectas expresan de manera angustiada, a veces depravadas, una búsqueda de la espiritualidad que es una profunda desconfianza, un descreer del progreso que nos han traído las ciencias y las técnicas.

El espíritu de curiosidad, de desarrollar nuevos avances en esa derrota de las fronteras que le opone al hombre todavía la naturaleza, evidentemente no tiene límite. Eso no va a cesar nunca. Sabemos que hay en el hombre una vocación, una disposición hacia saber más, dominar la naturaleza, conocerlo todo, descifrar los secretos del universo, no tan sólo externo, sino interno, ya que con las pruebas genéticas están rompiendo los límites éticos. Eso, efectivamente parece anidar en el corazón del hombre. En un momento dado esa vocación nació de nuestra cultura y hoy en día forma parte de nuestra naturaleza.

Pero sabemos que eso no sólo les  ha dado poderes extraordinarios para derrotar la enfermedad, para explorar el universo, para romper la ley de gravedad, sino que les  ha dotado de unos poderes espantosos que está exterminando a las especies, los bosques, los mares, el agua ,los polos y la vida toda.

-Por  eso, ¿Será posible algún tipo de humanismo?¿ Será posible un siglo de Pericles?¿ Será posible un Renacimiento, un Iluminismo como el del siglo XVIII?

Lo prodigioso de la historia es que es inesperada. Hay muchas teorías de la historia. Algunos piensan que la historia se repite, otros creen que la historia es continua invención. No lo sabemos. Lo único que puedo decir es que la historia es la gesta de la libertad, es decir, que en la historia siempre habrá elementos nuevos e inesperados. Si hacemos un catálogo de las profecías de los filósofos y de los sociólogos sobre el porvenir de la humanidad, encontraremos que se han equivocado más que las pitonisas. Con la filosofía de la historia comienza y termina una gran interrogación en la cual lo que está en entredicho es la idea de progreso. Es una idea relativamente nueva, una idea que nace en el siglo XVIII.

Las otras civilizaciones y las otras épocas no tenían fe en el progreso. Para nosotros, los griegos, en mi época, el tiempo era cíclico, se repetía; también para los chinos y los aztecas. Además la Edad de Oro no estaba en el pasado, sino en el futuro. Esto significa que lo que está en crisis realmente no sólo es la idea de progreso sino una cierta visión del tiempo que nace en Occidente a principios del XVIII y que ahora se vive el ocaso de esa visión. La idea de progreso que ustedes crearon, consiste en creer que el paraíso, la perfección, no está en el pasado, en la Edad de Oro , ni tampoco en el cielo, en una eternidad fuera del tiempo, ni en el nirvana, sino en el futuro. Y esto, la idea del futuro de pronto se ha desvanecido. Vivimos el ocaso del futuro.


En el último siglo hubo dos ideas hermanas, gemelas, enemigas. Se pensaba que a través de una evolución pacífica y del desarrollo de la ciencia , la técnica y el comercio, material y espiritual, habría un progreso que primero se extendería a los países civilizados y después a los países salvajes o atrasados. Otros pensadores creían que el salto hacia el futuro se haría por medios violentos, revolucionarios. El instrumento de los cambios revolucionarios, el móvil de la historia, la clase elegida para realizar la perfección sobre la tierra, era el proletariado. Ustedes saben que tanto las ideas optimistas de los liberales acerca del progreso paulatino, como las ideas marxistas de un salto a través de la clase elegida se han revelado falsas. Y hay algo más: ahora sabemos que los recursos del planeta son limitados. Ninguno de los pensadores del siglo XIX, ni los positivistas ni los marxistas, ni ningún otro pudo prever lo que significaba  el agotamiento de los recursos.

Por último, lo más importante es que el mismo protagonista de la historia, el móvil del futuro, si este existe, no es una clase social, sino el hombre mismo, como yo lo dije desde el principio. En ellos, en sus pasiones, en su lado oscuro, absolutamente rebelde a las geometrías de la razón, está la falla de la idea de futuro. Si esa idea se evapora , ¿ qué puede sustituirla? En el pasado los hombres creían que la Edad de Oro estaba en el origen de la humanidad. Ahora el pasado y el futuro se han ido.¿ Qué es lo que nos queda? No sé, no puedo afirmar nada y me parecería presuntuoso que alguien se atreviese a decir cómo va a ser el hombre del siglo XXI, un mutante, posiblemente. No lo es entrever que los descendientes, mas sabios que nosotros, se  tomarán el tiempo para reflexionar, esto puede ser creador, se habla mucho del ahora, pero el tiempo presente que es vida, también es muerte. Quizá debiéramos reconquistar una idea de cómo vivirse, revivirse, remorirse de vida, salvando vidas humanas, siendo más fraternales, pequeñas diminutas luces que como una red envuelvan al planeta tierra.




-Sin duda, aparte de esto, está el tema de la libertad. Creemos que en un mundo globalizado hasta tal punto que no sabemos¿ qué es lo que va a predominar, si una sociedad abierta o  las sociedades cerradas, los regímenes liberales , una tendencia a la democracia o los regímenes autoritarios?

Bueno, tenemos que saber qué es una civilización y qué es la democracia, el gran intento de Pericles, la lucha contra la ignorancia, el amor a la belleza, que es armonía. La democracia no es en realidad una república bienamada y nunca lo será. Pero es menos odiosa que otras formas contemporáneas de gobierno y por eso merece nuestro apoyo.

La democracia supone que el individuo es algo importante y que se necesitan diversos tipos de individuos para formar una civilización. No divide a los ciudadanos entre dominados y dominadores. Admiro a las personas sensibles que quieren crear algo  o descubrir algo y que  no ven la vida en términos de poder. Esas personas tienen más posibilidades de prosperar bajo una democracia que bajo cualquier otro régimen. Hacen obras literarias o artísticas o investigaciones científicas desinteresadas, son obreros o empleados, o son lo que se llama “gente común”, creativas en su vida privada, que educan, por ejemplo, decentemente a sus hijos o ayudan a sus vecinos.

Todas esas personas, necesitan expresarse y no lo pueden hacer a menos que la sociedad les dé libertad para ello, y la sociedad que les concede más libertad es la democrática. La democracia tiene otro mérito: permite la crítica. Por eso vale la pena, porque admite la diversidad y la crítica en todo sentido. (1)

También debemos admitir que toda sociedad se sustenta en la fuerza del poder, pero todas las grandes obras humanas notables ocurren durante esos intervalos en los que el poder no se manifiesta. Y esos intervalos son los que importan, porque mientras más prolongados sean construyen  lo que conocemos como civilización. Algunas personas idealizan la fuerza del poder  y la llevan a primer plano y la veneran en vez de mantenerla en un segundo plano el mayor tiempo posible. Creo
 que esas personas se equivocan y sus contrarios- los místicos- se equivocan todavía más cuando declaran que el poder no existe. La fuerza del poder existe y una de las tareas es impedir que se desboque, porque la fuerza del poder alcanza los niveles de la violencia, y más aún, de la crueldad.

Creer en la fuerza del poder  hace que ésta se desboque tarde o temprano, termina, para decirlo coloquialmente, con los arrestos de madrugada y los fusilamientos al amanecer. Y entonces destruye todas las cosas amables que hemos hecho. Un dictador puede oprimir a sus ciudadanos hasta que todos sean iguales, pero no puede hacer de ellos un solo hombre. Eso está más allá de su poder. Puede ordenar que se unan, puede incitarlos a bufonadas colectivas, pero los hombres están obligados a nacer separadamente, a morir separadamente, y debido a estos extremos inevitables, estarán fuera de los rieles totalitarios. El recuerdo del nacimiento y la expectativa de la muerte acechan siempre al ser humano separándolo de sus semejantes y, por eso mismo, haciéndolo capaz de comunicarse con ellos. Desnudo vine al mundo, desnudo saldré del mundo. Cosa buena, muy buena porque me recuerda que estoy desnudo bajo mi túnica, sea cual fuere mi color.


¿ Qué piensa de los medios de información actuales,  mal llamados de comunicación, hay valores, ética en esos medios, o han sido absorbidos por un grupo de poder?¿ Cree que es posible otra manera de comunicación entre los hombres?

Se ha dicho que la galaxia Gutemberg, la del libro, la de la prensa, ha sido reemplazada por la galaxia donde predominan los medios electrónicos de comunicación. Esto plantea ya, si bien no era una doctrina muy aceptada, el futuro del libro, del futuro de la letra. Pero no el de la lectura, porque  de todas maneras, en Internet, por ejemplo, se debe leer. Creo que el problema sigue estando en el abismo que existe entre la información y el conocimiento. Y los medios actuales informan, pero no trasmiten conocimiento. Casi no hay análisis, crítica, investigación. La información ha sustituido al conocimiento. Por lo tanto es muy difícil, alcanzar el saber.

Pienso que la cultura de la palabra está declinando irremediablemente y que en poco tiempo será nada más que el culto de unas minorías, me refiero al diálogo, esas minorías cultivarán esta forma de cultura en unos enclaves totalmente separados del resto de la sociedad, en que la cultura de la imagen será el principal medio de manipulación de masas, más que de conocimiento y de educación, como lo vemos hoy en día.
La imagen parece darles mucho más que la palabra escrita, y más que la dialogada. Sin embargo, si la cultura de la imagen es una cultura realmente creativa, donde se vierte la originalidad y la imaginación, la creatividad del hombre en el mismo nivel en que se ha desplegado en la gran literatura, la dicotomía, el antagonismo desaparece. Creo que una buena película a ustedes los sensibiliza, los estimula hacia lo imaginario y lo imaginario está tanto en el cine como en los libros.

Si el cine y la televisión siguen siendo, como en la mayor parte de los países hoy día, de  terrible pobreza y mediocridad- es decir, de una tecnología muy avanzada y de un contenido extremadamente indigente: una cultura de estereotipos, una cultura de tópicos donde realmente no hay originalidad, donde no hay rotura de lo establecido-, creo que las personas educadas en conocimientos y en lo imaginario a través de la cultura de la imagen van a ir siendo separadas irremediablemente de los libros, porque ese tipo de imágenes tienden a crear un público pasivo, un público que se deja manipular, que se deja sumergir en esas imágenes con un mínimo esfuerzo. Ese tipo de público indudablemente irá repeliendo los libros porque ellos exigen una participación activa, un esfuerzo de la imaginación, un movimiento de la conciencia que ese tipo de imágenes no le piden. Ahora bien, hay de todas maneras posibilidades dentro de la cultura de la imagen, para que éstas no puedan crear un público pasivo.

Si en ellas hay realmente un desafío a la imaginación, si entrañan estímulos suficientes como para que la inteligencia se ponga en movimiento y además se vinculan de alguna manera al mundo de la palabra escrita, al mundo de los libros, hay una esperanza de que los libros sobrevivan.¿ Vale la pena? Yo creo que sí, a pesar de mi negativa con Platón a que existieran, porque incitaban a la flojera mental y a la falta de memoria. Ahora al ver a la humanidad en el estado en que se encuentra, creo que la literatura si no hace a los hombres más felices, los hace más completos y más humanos, más concientes de la armonía y de la belleza posible, le dicen lo que nadie puede explicar sobre el amor, la muerte, el destino, el azar, los aproxima al misterio y a vivir más plenamente, creo que todo esto sería  bueno.

Además tome en cuenta que las imágenes que ustedes ven en el cine no son imágenes mudas, hablan, y por desgracia hablan demasiado. Por eso tuvo grandes valores el cine mudo. Hay una confusión entre escritura y palabra. Lo que puede estar en crisis es la escritura. Una crisis relativa porque la escritura es una conquista fundamental y es imposible renunciar a ella. Lo que sucede es que en el último siglo y en la primera mitad del XX, la escritura creció demasiado porque era el medio privilegiado de comunicación. Pero ahora tenemos otros medios, el radio, la televisión, la  Internet, etc. Cierto, son bastante malos, pero no creo que sean peores que lo que fueron en su momento – en su buena época o en su mala época- las gacetas en el siglo XVIII o los periódicos en el siglo XIX. Creo que los medios de comunicación tienen que ver con las sociedades: las expresan.

En el siglo XVIII, si mal no recuerdo, las gentes no leían a solas. Leer a solas es una práctica bastante tardía. La gente leía en grupo y en voz alta. En las casas ricas había un lector, de modo que era una forma de comunicación muy limitada y distinta. En la Edad Media los poetas cantaban  en la plaza cuando eran juglares o, si eran trovadores en los castillos. Así pues, hubo muchas formas de comunicación. Platón tenía al principio un verdadero horror a la escritura. Plotino, al igual que yo, no pensaba que la escritura fuese esencial. La palabra hablada era esencial, para nosotros, el predominio de la escritura es un momento de la historia. Las novelas no se van a acabar, ni los poemas ni los tratados filosóficos porque haya televisión ni otros medios. Van a acabarse si los hombres siguen eligiendo la barbarie, porque la barbarie no está en los medios de comunicación, sino en los hombres que los usan.


Y no hay que olvidar que los regímenes despóticos, que nunca faltan, persigan a la palabra hablada y a la palabra escrita. Creo que es así, porque la palabra tiene un poder de subversión y  una de las misiones de la literatura  es conmover a la personas, despertarlas.
Tampoco creo que una minoría de hombres virtuosos, como lo dijo mi colega Confucio alguna vez, pueden gobernar bien a un país, porque los hombres virtuosos con el poder se convierten en mandarines y los mandarines se inmovilizan y terminan siendo burócratas.

Las minorías son necesarias a condición de que no haya una sino muchas y de que discutan entre ellas y se alternen el poder. Es decir, eso se llama pluralismo. Una democracia no es solamente el gobierno de la mayoría con respeto por las minorías, debe ser siempre el ejercicio vivo de la crítica. Y para esto es necesario que la democracia renuncie a los absolutos. Hay que desconfiar de los absolutos. Los absolutos pertenecen a la metafísica , (si quiere, pregúntele a Aristóteles).

 Si un católico me dice que cree en el Paraíso, en el Cielo, en el Infierno y en la redención, yo lo respeto aunque no comparta sus creencias. Pero si alguien me dice que en nombre de esos principios va a quemar al vecino, me opongo a ese absoluto convertido en ley. Lo que las democracias tienen que aprender es a defender la duda, a defender la crítica, a ser tolerantes con las opiniones del vecino.

Por otra parte, en cuanto a una comunicación más cálida y humana, creo que es un hecho continuo, quizá no a través de palabras, sino a pesar de ellas. Creo que uno vive continuamente la amistad, la bondad, la indiferencia, la hostilidad y también la inteligencia o la estupidez de los otros.

Eso se siente inmediatamente, más allá de lo que digan. Uno está recibiendo  y también emitiendo mensajes, más allá de los sentidos. Pienso que la idea de que el conocimiento nos llega de los sentidos es un error; creo que nos llega de un modo más sutil y a pesar de los sentidos. Desde luego es un hecho tan inexplicable como el mundo, bueno, como el universo.
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¿Qué piensa del parecido que se dice de usted con Jesús: los dos tuvieron discípulos, los dos no creían en la escritura, sino en la enseñanza oral, los dos murieron por defender la verdad, los dos enseñaron que la verdad  del hombre está de la piel hacia adentro: el conócete a ti  mismo y el reino de los cielos ?

Tal vez no hay nada más lejano que lo parecido. Sin embargo, lo que importa es el sentido profundo de la vida. La coherencia. Jesús predica una salvación del hombre por la ética, y dice que del espíritu de los pobres  es el reino de los cielos.(2) Sostenía que el hombre tiene que salvarse por medio del amor, pero también por la conducta del  pensamiento, que surge después de la experiencia, porque el destino es experiencia, lo que uno aprende va haciendo el camino. No está demás creer que el hombre se pueda salvar por la estética, porque Jesús la  enseñaba por medio de parábolas. Sabrá que Jesús no era una racionalista puro, se expresaba por medio de metáforas, por ejemplo: “arrojar perlas a los puercos”, ”que los muertos entierren  a sus muertos”. Como si él pensara por medio de parábolas o de metáforas que son hermosas. De este modo, Jesús reúne además del amor, otras tres posibilidades de salvación del hombre: por la ética, por el pensamiento y por la estética.



¿ Qué me puede decir de la conducta del yo  ante la moral?

La visión que se tenía antiguamente y que aún persiste, es “qué es aquello que yo quiero verdaderamente para mí”, y la ética contemporánea es: “qué debo hacer en  relación a los otros”. De la suma de estas dos habría que sacar las conclusiones. En el fondo el problema es saber ¿dónde está el yo? Y ¿dónde y cómo está mi relación con los otros?¿ O de qué manera será mejor mi relación con los otros, sin dejar de ser yo?

Para nosotros, los griegos, el sexo no era un gran tema, si lo comparamos con todo lo que se discutía sobre la alimentación, la salud y el régimen que se debía llevar respecto al cuerpo.

En el siglo IV a. C. existe el mismo código de restricciones  y de prohibiciones que en los moralistas y los médicos de comienzos del Imperio Romano. Y esto era así, porque la finalidad principal de esta especie de ética, era estética. Se trataba de una elección personal, no de prescribir un modelo de vida para todos. Esta decisión estaba dictada por la voluntad de vivir una bella vida.

Es conmovedor y de admirarse que en la ética griega, la gente se preocupaba más de su conducta moral,  de su relación con ellos mismos y con otros que de los problemas religiosos. ¿ En qué nos convertimos después de la muerte? ¿ Veremos a los dioses? ¿ Qué encontraremos?. Se vivía estrictamente el presente, con toda la fuerza y la armonía del ser. Así que esas preguntas tenían poca importancia, ya que no estaban directamente ligadas con la ética diaria.(3) Esta no estaba relacionada con un sistema legal. Por ejemplo, las leyes contra la mala conducta sexual no eran numerosas ni muy apremiantes. Lo que nos interesaba, el tema, era la construcción de una ética que fuese una estética de la existencia.

Creo que los problemas actuales son similares, dado que la mayoría no cree que la ética esté fundada sobre la religión y no se quiere un sistema legal que intervenga en nuestra vida privada moral y personal.
Los recientes movimientos de liberación sufren por el hecho de no llegar a encontrar un principio sobre el que fundar la elaboración de una ética nueva. Necesitan una ética  pero no encuentran sino una ética basada sobre el conocimiento pretendidamente científico de lo que es el yo, de lo que es el deseo, de lo que es el inconsciente, etc. Son una similitud de problemas sin resolver.

Por eso había muchos ejercicios destinados a volverse dueño de sí. Para Epicteto era necesario poder mirar a una bella joven o a un hermoso joven sin sentir deseo por ella o por él. Para eso es necesario  ser dueño de sí.
En la sociedad griega, la austeridad sexual era una corriente de pensamiento, un movimiento filosófico que emanaba de gente cultivada que quería dar a su vida mucha más belleza e intensidad. En un sentido, lo mismo ocurre para ustedes en esta época, cuando a fin de alcanzar una vida más bella, la gente trata de liberarse de toda la represión sexual de su sociedad y de su infancia.

Entre los inventos culturales de la humanidad existe un tesoro de técnicas, de ideas, de procedimientos, que no puede ser exactamente reactivado, pero que al menos ayuda a constituir un punto de vista que puede ser útil  para analizar lo que ocurre ahora y cambiarlo. No podemos elegir entre este mundo y el mundo griego. Pero como vemos que algunos grandes principios de nuestra ética han estado ligados en cierto momento a una estética de la existencia, creo que esta especie de revisión histórica puede ser útil.

Durante siglos han estado convencidos de que entre la  ética personal, nuestra vida cotidiana por una parte y las grandes estructuras políticas, sociales y económicas por otra, había relaciones analizables. Creían que no podrían  cambiar nada, por ejemplo en la  vida sexual o familiar, sin transformar la economía, la  democracia, etc. Pienso que tienen que desembarazarse de esta idea de un lazo rígido e inmóvil entre ética y las estructuras sociales, económicas o políticas: lo que no quiere decir, claro, que no haya relación entre aquella y éstas, pero son relaciones variables: es decir que el individuo haga lo correcto y sensato, lo que es su deber hacer: ser buen padre, buen hijo, buen profesionista, buen obrero, buen empleado, etc.

Finalmente, creo que hay un propósito ético en el mundo, ético, intelectual, estético, creo que el universo está regido por una ley moral y creo que por ejemplo, un delincuente preso de la “dicha negra”, un león, un escarabajo, saben que hay cosas que no deben hacer. Por ejemplo, si hay grandes desiertos en el mundo, esos desiertos corresponden a errores cometidos por los hombres, ya sea por lucro, ignorancia o ambición, que son expresiones del mal. Y si aún hay regiones hermosas, praderas, mares, ríos, eso corresponde a la virtud. De modo que todo el universo sería obra de la ética. No sólo de la conducta de un hombre, sino de la conducta de un tigre o un pez. Esto creo, aunque suene misterioso y enigmático, la verdad es que no soy miembro de ninguna secta esotérica, al menos que sea un miembro secreto, tan secreto que yo mismo lo desconozca.


Deli libro, Conversaciones sobre ética, de Pedro Salvador Ale. Comisión para los Derechos Humanos en el Estado de México, Toluca, México, 2010



Notas

(1) La experiencia  histórica del mundo ha demostrado que la libertad y el bienestar  de los ciudadanos, no depende de la forma de gobierno, sino de la parte que los gobiernos cedan a los ciudadanos en la formación de la voluntad estatal  y de la rapidez con que se encuentren para modificar y rectificar sus direcciones políticas y sus técnicas administrativas.

(2) San Mateo, ( 3-10) Las Bienaventuranzas.

(3) La ética de Aristóteles determina que el fin de la conducta humana es la felicidad, deduciéndola de la conducta racional del hombre ( Et. Nic., I 7) y pasa a determinar las virtudes que son la condición de la felicidad.

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